Los 5 minutos

ACOMPAÑAR Y SER ACOMPAÑADO

Objetivo:

Ejercitar el aprender a conectar con nosotres y con otres.

TUTORIAL de los 5 Minutos

(Arrancaremos con 3 para quienes lo hacen por primera vez).

Lo haremos en grupos de 3 (y uno de 4) porque la emoción estando sol@s es más difícil que salga, y el proceso de sanar se da en vínculo (ya que las heridas se dan porque falló el vínculo). Y si son más personas, toma mucho tiempo y es más difícil sostener la práctica.

Esto, como muchas cosas, es cuestión de práctica, así que necesitamos dedicarle tiempo. Pero literal con 5 mins diarios es suficiente para empezar a ejercitar una conexión más constante con una misma, (más los 10 mins de escuchar a les otres que lo podemos hacer manejando, en el baño, etc).

Hay dos modalidades:

A) La más sencilla es cada quien lo hace cuando pueda durante el día o la noche y mandan sus minutos en un chat privado solo de ustedes 3 en el que me van a meter a mi también, yo acompañaré todos los chats durante un tiempo y luego quizás deje de hacerlo.

B) La otra es que agendan un momento del día y se conectan y lo hacen en vivo (en zoom). Ahí sí yo no me comprometo a poder.

¿De qué va?

  • Muevo el cuerpo libremente unos minutos observándolo, sintiéndolo, como al arrancar cualquier sesión.

  • Noto lo que “resalta”. (Apretado, hueco, nudo, frío, caliente).

  • Recuerdo respirar, énfasis a soltar el aire, exhalando, varias veces.

  • Poco a poco empiezo a observar si hay alguna emoción o bloqueo, por leve que sea, por guardada que esté, no dejo pasar nada.

¿Cómo me siento?, ¿de qué estoy más cerca? ¿Tristeza, miedo, enojo, gozo, serenidad?

  • Observo cualquier cosa que esté impactando en mi cuerpo en ese momento.

Sin juzgar la importancia. Cualquier detalle por pequeño que sea es importante.

Sólo permito y observo.

(Si deciden opción B tod@s hacen ésto en silencio al mismo tiempo).

(Si deciden A, cada quien lo hará sol@ antes de grabar tus 5, o 3).


El tiempo empieza a correr cuando deciden empezar a nombrar. Pongan timer. Sin grandes explicaciones en frases sencillas. Sin dar explicación del contexto, no gasten tiempo en explicar la circunstancia, si acaso en un par de frases, no más, no es necesario, el ejercicio es para ti, para que tú conectes. La intención es dedicar de lleno a la observación de tu “estar” durante 3 o 5 minutos y hacerlo en vínculo. Observando cómo funcionas, y todo lo que te detiene a conectar contigo y con el otre.

“Siento frío en mis brazos,

observo que mi panza está un poco apretada,

estoy un poco triste,

estoy consciente que me estás oyendo,

me doy cuenta que estoy filtrando lo que digo,

me doy cuenta que sigo enojada de algo de ayer...,

me doy cuenta que me estoy juzgando, detengo la tristeza en mi cuello, etc”.

Todo el tiempo en el presente de lo que me está pasando en ESE instante.

(Me puede estar impactando algo de ayer o hoy pero sólo lo nombro si está en mi cuerpo la huella en este momento y SIN contar la anécdota).

No importa que el otro “entienda”, importa que me conecte conmigo frente al otro.

Acompaño a cada momento la emoción que esté presente, permitiéndola, sin juzgar, nombrándola, dejándola salir.

La descarga de la emoción siempre va mano y es prioridad.

(La permitimos aunque no suceda nada más en los 5 minutos).


No hay diálogo.

No hay preguntas.

No hay “ida y vuelta”.

Si acaso el que escucha, una vez que el otro ha terminado, puede dar palabras de apoyo y cariño o nombrar si se espejea en lo que el otre dice, pero no doy consejos, no evalúo, ni opino, ni juzgo ni nada de eso.


Cuando acaban los minutos completos termino la oración y ya.

Si estamos en versión B al terminar uno, hacemos una pausa a que la emoción, si hubo, termine su ciclo. Y se arranca el otro con sus 5.

Si al final eligen por mutuo acuerdo seguir platicando y compartiendo por supuesto hagan lo que quieran. Pero es bueno que el ejercicio no se extienda mucho para no crear resistencia a “usar” el tiempo en eso. Que no sea pretexto de “no tengo tiempo porque siempre estamos media hora”.


Este es el principal camino que si lo recorremos muchas veces, lo más seguido posible, llegará el momento en que podamos hacerlo más rápido, más profundo, más fácil, más completo, e incluso a veces podremos hacerlo sol@s, descargar sol@s, y regresar a un buen lugar cada vez con más facilidad.


Dudas y preguntas por aquí mismo.



"Aprender a acompañar y aprender a ser acompañado.

Un arte necesario en estos tiempos".


AL OÍR.

No tienes que hacer nada más que oír y quedarte observando todo lo que tu cabeza hace, los impulsos, los juicios ... para que aprendas mas de ti.


“Cuando escuchamos al otro, no hay por qué responder nada”. Sólo acogemos, recibimos, ofrecemos lo que somos mientras el otro se abre. Es algo muy íntimo, y estamos honrados de que confíe. Mientras te escucho, soy testigo de lo que encuentras, de lo que ves y puedes “remover” o “transformar”. Pudiendo “reinventarte”.

Se trata solo de “recibirte”. Yo no voy a cambiarte, no voy a enseñarte, no voy a aconsejarte, sólo voy a dar espacio para que tú lo hagas.

Si escuchas, no se trata de ti, se trata del otre. Sin embargo tú estás ahí, obsérvate. ¿Cómo es para ti recibir el testimonio del otre?.

“Ofrece al otro la fuerza de tu presencia atenta y sencilla”. “Suelta prejuicios, abre la puerta, recibe en tu casa”.

Y mientras, aprende a estar con todo lo que te pasa. Hay regalos para ti.


Una buena parte de ésto lo saqué del libro “Sabiduría de la vida sencilla”. De José María Doria.